Cansado cuando vas de viaje o tienes que volar, de la eterna espera en la terminal de llegadas a que tu maleta salga por la cinta de recogida de equipaje. Muchas veces nuestras vacaciones o viaje de negocios empiezan con una mala experiencia por tener que dilatar el ponernos unas chancletas para pisar la playa o llegar al hotel para dejar las cosas.
A veces nos pasa que por no pagar más en las diferentes compañías, por no perder tiempo de conexión o librarte de largas esperas, optas por viajar con equipaje de mano para evitar perder el tiempo frente a la cinta de recogida. Sin embargo, en ocasiones, no siempre es posible incluir todas nuestras pertenencias en una mochililla, llevamos líquidos o nos puede caber todo en una pequeña maleta de cabina de 55 x 35 x 20 centímetros, y te ves obligado a facturar.
Si el viaje es corto a lo mejor te lo tomas bien, pero si es un trayecto largo, llegas cansado de tantas horas de vuelo o simplemente con prisa, y no hay nada peor que colocarte frente a la pantalla de desembarque, mirar la cinta que debe sacar tu maleta y con los brazos en jarras, esperar a que el color de tu equipaje aparezca a lo lejos. Hasta ahí, todo muy bien, pero empiezas a ver que todo el mundo empieza a recoger las suyas abandonando la terminal mientras que la tuya ni siquiera ha asomado una rueda.
Entonces empiezan los temblores, ¿Me habrán perdido la maleta?, ¿Me tendré que comprar bañadores de emergencia? Calma. Lo más probable es que no, así que no te preocupes, simplemente es que la tuya estaba al final del todo, así que, para tu tranquilidad y para evitar volver a pasar un mal rato en el futuro, a continuación, te dejamos unos simples trucos y consejos que harán que tengas la “pole position” a la hora de recoger tu maleta en el aeropuerto. Toma nota, porque a la larga ganarás un valiosísimo tiempo de espera.
Hay un mítico refrán que dice “Los últimos serán los primeros”, y efectivamente, ahora más que nunca, este dicho se lleva a rajatabla. Lo cierto es que las últimas maletas facturadas y cargadas en el avión acaban siendo las primeras en salir por la cinta transportadora.
El orden con el que se manipula el equipaje siempre es el mismo: se empiezan a embarcar las situadas en la parte delantera del remolque de equipaje y se avanza progresivamente hasta finalizar el proceso. Por lo tanto, el primer consejo sería apurar al máximo y esperar a última hora para realizar el check-in, aunque si todos lo hiciésemos, la cara de las azafatas encargadas de procesar los billetes sería de película o el estrés por pasar después el control de seguridad al final puede ser incluso peor.
Otra alternativa astuta, aunque un poco tirando de picaresca española, es echar mano de una etiqueta de “frágil”, disponible de forma gratuita en el aeropuerto y pegarlo en la maleta. Generalmente, el equipaje identificado de esta manera entra en el avión de los últimos y, con la lógica anterior, aparece primero en la cinta transportadora.
A veces nos pasa que por no pagar más en las diferentes compañías, por no perder tiempo de conexión o librarte de largas esperas, optas por viajar con equipaje de mano para evitar perder el tiempo frente a la cinta de recogida. Sin embargo, en ocasiones, no siempre es posible incluir todas nuestras pertenencias en una mochililla, llevamos líquidos o nos puede caber todo en una pequeña maleta de cabina de 55 x 35 x 20 centímetros, y te ves obligado a facturar.
Si el viaje es corto a lo mejor te lo tomas bien, pero si es un trayecto largo, llegas cansado de tantas horas de vuelo o simplemente con prisa, y no hay nada peor que colocarte frente a la pantalla de desembarque, mirar la cinta que debe sacar tu maleta y con los brazos en jarras, esperar a que el color de tu equipaje aparezca a lo lejos. Hasta ahí, todo muy bien, pero empiezas a ver que todo el mundo empieza a recoger las suyas abandonando la terminal mientras que la tuya ni siquiera ha asomado una rueda.
Entonces empiezan los temblores, ¿Me habrán perdido la maleta?, ¿Me tendré que comprar bañadores de emergencia? Calma. Lo más probable es que no, así que no te preocupes, simplemente es que la tuya estaba al final del todo, así que, para tu tranquilidad y para evitar volver a pasar un mal rato en el futuro, a continuación, te dejamos unos simples trucos y consejos que harán que tengas la “pole position” a la hora de recoger tu maleta en el aeropuerto. Toma nota, porque a la larga ganarás un valiosísimo tiempo de espera.
Hay un mítico refrán que dice “Los últimos serán los primeros”, y efectivamente, ahora más que nunca, este dicho se lleva a rajatabla. Lo cierto es que las últimas maletas facturadas y cargadas en el avión acaban siendo las primeras en salir por la cinta transportadora.
El orden con el que se manipula el equipaje siempre es el mismo: se empiezan a embarcar las situadas en la parte delantera del remolque de equipaje y se avanza progresivamente hasta finalizar el proceso. Por lo tanto, el primer consejo sería apurar al máximo y esperar a última hora para realizar el check-in, aunque si todos lo hiciésemos, la cara de las azafatas encargadas de procesar los billetes sería de película o el estrés por pasar después el control de seguridad al final puede ser incluso peor.
Otra alternativa astuta, aunque un poco tirando de picaresca española, es echar mano de una etiqueta de “frágil”, disponible de forma gratuita en el aeropuerto y pegarlo en la maleta. Generalmente, el equipaje identificado de esta manera entra en el avión de los últimos y, con la lógica anterior, aparece primero en la cinta transportadora.